jueves, 5 de mayo de 2011

 A veces me canso de todo, me siento incomprendida, desplazada e ignorada. De modo que me aferro al cojín marrón de mi cama y me tumbo en ella, me acurruco como un niño. Pero todo sigue igual, por lo menos nadie me molesta (es lo peor en esos casos), pero... Conozco un lugar donde todo cambiaría y sería como si no hubiera pasado nada. Y ese lugar es debajo de tu cama, sé que hay no puede pasar nada nunca, no hay nada más que nosotros dos y es el mejor escondite del mundo. Porque allí de repente el mundo se para, y solo existimos tú y yo. Y es todo lo que necesito, porque no necesito nada más si estás a mi lado.

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